Faltan dos años para las elecciones presidenciales en México y las ‘corcholatas’ de Morena ya iniciaron campaña para pelear por la herencia de la Cuarta Transformación de Andrés Manuel López Obrador.
Sin duda es una jugosa herencia, pues ante la falta de una oposición fuerte, seguramente Morena volverá a vencer en el 2024 y las ‘corcholatas’ lo saben.
Entre los hijos favoritos de la 4T para la candidatura están Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México; Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores y Adán Augusto López, secretario de Gobernación.
Otro morenista que se destapó es el senador Ricardo Monreal, el frijolito en el arroz, la oveja negra, el familiar incómodo (ya ustedes saben a qué me refiero), y con quien López Obrador ha tenido algunos desencuentros, no queda duda que es el menos favorito de la 4T para contender en las elecciones.
Y sí, como lo mencioné al principio, ya comenzaron su campaña para la candidatura presidencial, entre las giras de Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López por varios estados de México y la nueva faceta de Marcelo Ebrard como ‘influencer’.
Pero entremos más a detalle en esta función del circo político llamado: Las ‘corcholatas’ presidenciales.
Tenemos a cuatro personajes de Morena y cada uno de ellos busca obtener el papel protagónico de esta función, aunque nieguen estar en campaña. El primero de ellos es Marcelo Ebrard, exjefe de Gobierno de la Ciudad de México, canciller y ahora ¿influencer?
Ebrard compartía en sus redes sociales fotos sobre sus reuniones diplomáticas e información sobre temas que le competen a la secretaría que lidera, sí, como cualquier otro político común y corriente.
Pero en días recientes Ebrard dejó a un lado su estilo político clásico, por no decir aburrido, y ahora publica en sus redes sociales fotos con su perrito, mandó felicitaciones a los papás por el Día del Padre y compartió su “what’s up” (así lo escribió, tal vez a propósito para estar en onda con la ‘chaviza’) para que le manden mensajitos y esté en contacto con sus seguidores.
También publicó un video mostrando su oficina de la SRE, tal como los ‘influencers’ lo hacen.

Por su parte, Claudia Sheinbaum decidió salir de la Ciudad de México y comenzar a visitar los estados del país. En mayo acudió a la campaña por la gubernatura de Tamaulipas, donde apoyó al entonces candidato Américo Villarreal.
México está listo para una presidenta. Lo más importante, es que representamos un movimiento de transformación, representamos los anhelos del pueblo de México, una vida mejor”, fue lo que mencionó la mandataria en ese momento.
Pero la campaña no campaña de Sheinbaum no se limita a las giras, sino que también debutó en Facebook Live, donde mostró su “pequeño departamento” con “balconcito” y un “pequeño comedor”.
La mandataria aprovechó durante la transmisión para demostrar sus dotes en la guitarra y tocó cuatro acordes.
Por su parte, Adán Augusto López se mantiene alejado de las redes sociales y prefiere hacerlo a la antigüita, acudiendo a mítines, recorriendo entidades de México y reuniéndose con morenistas estatales, aun así niegue estar en campaña pues “aún falta, no son tiempos para ello”.

El caso del senador Ricardo Monreal es un tanto diferente, ya que al parecer ni en Morena lo quieren. Es la ‘corcholata’ que tiene menos presencia en mítines y en redes sociales, incluso acusó a su partido por “actos anticipados de campaña”, ¿su inconformidad será porque no lo invitaron al “desayuno de unidad”?
La reunión se llevó a cabo el 12 de junio en Toluca y fue encabezada por los presidenciables del partido, donde se les informó sobre las reglas para definir quién será candidato de Morena para la presidencia.
Y sí, Monreal no fue invitado, como les decía, es el frijol en el arroz. Al senador no le quedó más consuelo que decir: “es un timbre de orgullo ser excluido”.

Pero esto no es todo en este circo, la oposición está tan desesperada por quitar a la Cuarta Transformación del poder. No obstante, permanecen tras bambalinas ante la falta de un candidato fuerte.
Eso no quiere decir que no tengan a sus personajes favoritos, Reforma publicó en mayo de este año los nombres de posibles candidatos del PAN, PRI y MC.
El Partido Acción Nacional (PAN) le podría apostar a Margarita Zavala, la esposa del expresidente Felipe Calderón, quien ha sido ferviente crítico de la 4T y ataca en Twitter al actual gobierno como si tuviera la respuesta para todos los problemas del país, entonces ¿por qué no los solucionó en su momento? Bueno, pero ese es otro tema.
Quizá Calderón ve una segunda oportunidad de gobernar a través de Zavala y está vez sí mejorar el país o quizá podría necesitar una tercera oportunidad, ya saben lo que dicen “la tercera es la vencida”.
Ricardo Anaya iría por segunda ocasión por la candidatura a la presidencia, pero ¿acaso no es evidente? Inició su campaña desde hace poco más de un año. Primero visitando mil de los dos mil 457 municipios del país y publicando videos criticando las acciones de Morena, y al igual que Calderón, dando soluciones para los problemas que enfrenta México.
Un momento, ¿acaso el PAN no denunció a las ‘corcholatas’ de Morena por actos anticipados de campaña? ¿Si lo hacen ellos está bien, pero si lo hacen otros está mal? En fin, la hipotenusa.
Ricardo de la Madrid es el posible candidato del Partido Revolucionario Institucional, ¡qué mala suerte! pues le toca un PRI en decadencia, agonizante y que teme por las elecciones del 2023, ya que podría perder a Coahuila y Estado de México, los únicos dos estados que gobierna.
De ser así veríamos al gigante monstruo que gobernó durante décadas reducido a un ratón temeroso y que en las elecciones del 2024 tendrá que conformarse con las migajas.
Luis Donaldo Colosio y Samuel García, ese de los “suelditos” de 50 mil pesos, irían por la candidatura de Movimiento Ciudadano, esos de naranja que han ido tomando fuerza, pero no exentos de fuertes polémicas.
¿Y qué hay del PRD, PT y Partido Verde? Como buenos camaleones que son, de seguro se pondrán el color del partido que más les convenga. Porque en esto de la política al parecer entienden muy bien la palabra “inclusión”, ya que no les importan los colores y perspectivas ideológicas.
Pero en fin, ya todos los partidos están tan revueltos que no queda más que concluir como George Orwell en Rebelión en la Granja: “ya era imposible distinguir quién era quién”.